Distancias y sitios (Japón, octubre de 2008)
17/06/2009 at 19:17 2 comentarios
Tokyo es una ciudad extraña. Al llegar, descubres que no entiendes nada. Todo funciona por una serie de reglas no escritas y nada obvias. Así que tienes que sumarte a la mayoría para hacer cualquier cosa.
Ese poder de la mayoría (del みんな-san) mueve cada pequeña cosa que hay que hacer. Tienes que tener en cuenta cómo afectan a los demás tus decisiones antes de cada paso. Simplemente, tienes que funcionar de otra forma por dentro.
Todos los días en el metro vas comprobando que sí, que lo que sospechas es cierto. Eres el único occidental que ves a la redonda. Y eres el único occidental que ellos ven a la redonda. Notas reacciones muy raras. Descubres el «vacío del gaijin» (así llamamos al círculo que se produce a nuestro alrededor, que es el último sitio en llenarse del tren).
Pero es como todo. Llega un punto en el que te acostumbras. Y empiezas a descubrir matices que hacen que los japoneses dejen de ser todos iguales. Y empiezas a individualizar la masa de gente, y a incluirte entre todos esos individuos.
Cuando te das cuenta, estás metido en la masa. Ya no llevas la cara de alucinado de los primeros días. Ya no existe vacío del gaijin. Y te sorprendes un poco cuando ves en un espejo en un pasillo del metro alguien que no tiene rasgos orientales. Y tardas un par de décimas de segundo en reconocerte. Y cuando te pasa eso, descubres que estás allí. En la masa, y estás renunciando a tu individualidad, como se espera que hagas.
Esta semana empecé a pensar sobre todo esto. Decidí que en otra vida, cuando sea un asesino a sueldo, vendré a esconderme a Tokyo. Porque es un sitio perfecto para renunciar a tu identidad y desvanecerte.
Por supuesto, esto será en otra vida, cuando sea asesino a sueldo y cuando sea japonés, porque ahora mismo es bastante imposible desvanecerse.
Todo esto lo medité en el cementerio de extranjeros de Yokohama, pensando sobre el choque cultural que yo he vivido, y el que vivieron las personas que están enterradas allí. Valientes.
Reflexion al aire: Cuando encuentras tu sitio (lugar vital) en otro sitio físico, te construyes otra vida y otra identidad. Puedes tener tantas vidas y personas como sitios físicos que consideres casa.
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1.
Anónimo | 15/09/2012 a las 10:50
Me he reído y también recordado mis días en Japón (20 años, desde 1974 hasta 1994) sobre lo que dices cuando vas en el tren y todos los asientos están ocupados menos los de tu alrededor, es asi (sigo riéndome).
Viví 20 años, nunca pude acostumbrarme quizá porque nunca quise cambiar mi cultura, así que ahora (desde el 1994) vivo en España y soy yo.
2.
consultora marketing digital | 29/01/2017 a las 2:54
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